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Editorial : De bytes, vinos y fogones
Julio de 2013 - Manuel Medina | Arroyo de la Miel -Benalmádena-

























Fue en 1957, durante las primeras fases de diseño del IBM 7030, cuando el término byte fue acuñado por Werner Buchholz. La era digital daba sus primeros pasos. Pocos años después nací yo. A comienzos de los ochenta me iniciaba en el desarrollo de programas de computación para sistemas como el TOWER 16/32 de NCR, que corría con UNIX. Ya en los 90 conseguíamos que un texto teclado en un "flamante terminal" de fósforo verde apareciese por arte de magia en otro situado a muchos kilómetros de distancia. Ni de lejos soñábamos entonces con cosas remotamente parecidas a Internet, no digamos ya Twitter, Facebook, Youtube o Blogger, pero todo ello fue naciendo… ¡yo asistí al parto! Valga todo lo expuesto como simbólica investidura en lo que a nuevas tecnologías de comunicación se refiere.

No voy a dedicar demasiado tiempo a argumentar que de necio debería de ser tratado todo aquel que dé la espalda al mundo digital que nos envuelve, sea cual sea la actividad que desempeñe. En gastronomía, muchos profesionales añaden a sus pericias en la organización de un restaurante, en el diseño de sus menús, en el desempeño de los fogones y en la atención a sus clientes todas estas herramientas de gestión empresarial y comunicación social. Sus dedos pueden pasar, casi sin solución de continuidad, del picado de una cebolla para una reducción de caldo al teclado virtual del Ipad 4. Pueden atender en sala unos comensales en lo que de forma discreta su pulgar desliza líneas de Twitter en un Smartphone. Pueden poner -gracias a Instagram- a disposición de cientos de seguidores la última creación del Chef recién emplatada… ¿se les ocurre mejor y más económica campaña de marketing?

Conozco a muchos hombres y mujeres que día a día aúnan su gran labor en un terreno tan antiguo como el propio hombre -la gastronomía-  con las últimas herramientas tecnológicas. Compartí mesa y mantel con algunos de ellos hace unos días, el 4 de Julio, día de la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos en 1776 y día también del nacimiento en Córdoba en 1917 del diestro y maestro Manolete. Nombres propios como Manrique Busto, gerente del afamado Restaurante Rincón Asturiano; Maribel Romero, periodista y asesora gastronómica; Enrique Sánchez, distribuidor de Qualité Selección; Luís Miguel Paredes, de bodegas Gurpegui-Grupo Berceo; Dolores Martín, profesional del turismo… Todos y cada uno de ellos han integrado en su quehacer diario la telecomunicación digital. Pero resulta que todos y cada uno de ellos tienen mucho que comunicar. Son profesionales y trabajan en la era digital.

Si poco tiempo prometí dedicar -por innecesario- a afirmar que las redes sociales y el fenómeno de internet en su conjunto son el mejor aliado del profesional de la restauración, menos aún dedicaré a los que sin ser en modo alguno profesionales -y lo que es peor, ni pretenderlo- cuentan como único aval haber nacido en la era digital… y se apuntan al gremio. Se les reconoce fácilmente. Pocas veces han pisado una cocina, nunca han visitado una bodega -no digamos ya ayudar en la vendimia- y que decir tiene que jamás leyeron ni leerán a Marcus Gavius Apicius,  gastrónomo romano del siglo I d. C. Pero decía que se les reconoce fácilmente y las pistas dadas son harto insuficientes para ese trabajo de campo propuesto… ahí va el dato: en los restaurantes se sientan juntos, pero jamás hablan entre ellos -pues no levantan la vista del iphone ni tan siquiera para cerciorarse que el tenedor llega a sus bocas con ciertas garantías- y algunos lucen camisetas de algodón 100% con el nombre de su blog gastronómico bien visibles. No hemos de perder tiempo en memorizarlo pues en breve espacio de tiempo, al ingresar su URL en Google Chrome, puede que nos encontremos con el mensaje "page not found". Quedan excluidos los que partiendo de las nuevas plataformas digitales de comunicación sí que han "metido las manos en la masa" y han sentado escuela y cátedra. Son merecedores de nuestro reconocimiento, respeto y admiración. Nombres como Pepe Maldonado (www.pepekitchen.com), un malagueño que de niño se pegaba en la cocina a las faldas de su madre y que al día de hoy representa como pocos una nueva generación que es capaz de dar un paso más, tanto en gastronomía como en tecnología, pues su blog, por sorprendente que parezca… ¡huele a puchero!

Rincón Asturiano
Plaza de la Iglesia, Arroyo de la Miel -Benalmádena-
www.rinconasturiano.com
info@rinconasturiano.com
Telf.: 952567628


©Manuel Medina
Escritor y Viajero




Editorial : De bytes, vinos y fogones