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Los monasterios navarros muestran su historia y arte a los visitantes
Martes, 13 de agosto 2013

























Los monasterios navarros, lugares de oración y centros culturales durante siglos, constituyen un destino ideal para quienes buscan silencio y tranquilidad. Entre los muros de Leyre, Irantzu, Fitero, Iratxe o Tulebras se respira paz, historia y arte, ya que todos ellos forman bellos conjuntos monumentales.

La hospitalidad es una de sus señas de identidad, de tal modo que sus religiosos comparten momentos de oración y canto con quienes los visitan y, en aquellos cenobios que se encuentran habitados -Leyre, Irantzu y Tulebras-, se ofrece alojamiento en las hospederías.

Visitas teatralizadas al Monasterio de Irantzu

El Monasterio de Irantzu, a los pies de la Sierra de Andia, perteneció en origen a la Orden del Císter y hoy está ocupado por monjes Teatinos. Ubicado en un hermoso valle, conserva numerosas edificaciones medievales de interés, como un elegante y austero claustro gótico, la iglesia de Santa María, la casa abacial o la sala capitular, construida a finales del siglo XII.

Una excelente oportunidad para conocer este cenobio son las visitas teatralizadas que se ofrecerán los días 17, 18, 24 y 25 de agosto, y 7 y 8 de septiembre. A través del espectáculo "Irantzu entre el valle y el cielo", en el que intervienen 30 actores, el grupo de teatro Kilkarrak narra la historia de la abadía desde su fundación, recalando en la época medieval, las guerras carlistas, la desamortización de Mendizábal, la reconstrucción realizada por la Institución Príncipe de Viana y hasta la llegada de los padres Teatinos.

Como novedad este año, se han incorporado al guión escenas que hacen referencia a la sal del manantial de Salinas de Oro y a la importancia de este elemento en siglos pasados. Al finalizar cada función, los visitantes podrán disfrutar de una degustación de Flor de sal de Salinas de Oro con hortalizas y verduras de temporada.

Los recorridos teatralizados comenzarán a las 18:30, salvo el día 8 de septiembre, que tendrá lugar a las 12. El precio de la entrada es de 4 euros para los adultos y 3 para los niños, y se recomienda reservar la entrada (646 18 52 64 - 948 53 63 18 e info@tierrasdeiranzu.com) puesto que las plazas son limitadas.

De los cantos gregorianos a la elaboración de vinos y pastas

Otro de los monasterios navarros que bien merecen una visita es San Salvador de Leyre, enclavado en las estribaciones de la sierra de la que toma su nombre y con unas excelentes vistas del entorno. A lo largo de los siglos ha sido corte real, sede episcopal y panteón de los reyes del Reino de Pamplona. Declarado monumento nacional, posee edificaciones de gran valor artístico, entre las que destaca la cripta del siglo XI, y la Porta Speciosa, un precioso pórtico románico del siglo XII.
En la iglesia abacial pueden escucharse a diario los cantos gregorianos que entonan los monjes a las 7:30, 9:00, 19:00 y 21:10 en días laborables y a las 8:00, 12:00, 19:00 y 21:10 los festivos. En los alrededores, siguiendo los senderos que parten del monasterio, se alcanza la Fuente de las Vírgenes y la Fuente de San Virila, que, según cuenta la tradición, quedó extasiado 300 años escuchando a un ruiseñor.

Otra leyenda se asocia con el origen del monasterio de La Oliva (Carcastillo), que debería su nombre a que se construyó allá donde murió un rey navarro en su lucha contra los árabes, a los pies de un olivo silvestre. Una visita al lugar permite descubrir varias dependencias medievales como la preciosa iglesia de Santa María, que combina elementos góticos y románicos, o escuchar las liturgias cantadas en castellano por los monjes cistercienses.

La abadía dispone de 17 hectáreas de viñedo y de una bodega en la que se elaboran vinos de la Denominación de Origen Navarra bajo la marca Monasterio de La Oliva, que pueden adquirirse en el propio monasterio. Los grupos también tienen la oportunidad de visitar la bodega concertando una cita (948 72 50 06).

Además de La Oliva, en la Ribera navarra existen otros dos monasterios que siguen los cánones de la Orden Cisterciense: el de Fitero y el de Tulebras. El primero fue la fundación cisterciense más antigua de la península ibérica y declarado monumento nacional en 1931. Actualmente se está reformando su claustro renacentista, si bien puede visitarse su impresionante iglesia abacial, un ejemplar único de la arquitectura de la Orden Trapense en España. En la misma localidad se ubica el Balneario de Fitero, cuyas aguas termales, ya conocidas por los romanos, se utilizan en tratamientos de salud, belleza y relax.

El monasterio de Tulebras, en la pequeña localidad homónima, es el primer cenobio femenino fundado en España. La visita al monasterio permite a los grupos conocer la iglesia -un templo del siglo XII de nave única que incorpora elementos posteriores- y el museo, que posee una interesante colección de arte sacro. Las hermanas elaboran artesanalmente deliciosas pastas con productos naturales, así como rosarios, iconos y libretas que venden allí mismo.

Muy próximo a Estella, se levanta otro de los grandes monasterios navarros: Iratxe. Su localización en el Camino de Santiago y los favores de los monarcas lo convirtieron en uno de los más importantes de Navarra. De todo el conjunto arquitectónico, que se puede recorrer en visita guiada de miércoles a domingo, destaca la monumental iglesia románica. Quienes acudan a conocerla podrán tomar vino en la fuente propiedad de Bodegas Irache situada junto al monasterio, que por un caño mana agua y por otro vino.



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