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Ruta de los Castillos y Fortalezas de Navarra
Viernes, 30 de agosto 2013


























Foto: Turismo Reyno de Navarra

Recorrer las ciudades llenas de vida, conocer las culturas centenarias así como los monasterios, palacios, catedrales o miradores que perfilan la zona de la Ribera, en la Comunidad Foral, permite a los visitantes de esta tierra al sur de Navarra salir al encuentro de un rico pasado histórico, artístico y cultural.

Entre los 19 monumentos que conforman la Ruta de los Castillos y Fortalezas de Navarra, destacan por estar situados en la Ribera el Castillo de Marcilla, el Castillo de Cortes, el recinto amurallado del despoblado de Rada, la torre mayor del Castillo de Santacara, la Torre Monreal de Tudela y la Catedral de Santa María de la misma población.

El Castillo de Marcilla ha sido la última fortificación remodelada para asegurar su conservación, pues es propiedad del Gobierno de Navarra y declarado Bien de Interés Cultural. El fortín, situado en la población de Marcilla, fue levantado en el siglo XV por Mosén Pierres de Peralta y desempeñó un papel defensivo además de ser el hogar de los marqueses de Falces. Con fachada de estilo gótico con muros de ladrillo, matacanes, torres, foso y puente de acceso, albergó durante años la espada Tizona del Cid Campeador.

Otra fortaleza de gran importancia como obra de arte y por su activa presencia en la historia de Navarra es el Castillo de Cortes, que reabrirá sus puertas tras una remodelación los próximos 7 y 8 de septiembre. Ubicada en el núcleo urbano de Cortes, fue construida en el siglo XII y en la actualidad también ha sido declarada Bien de Interés Turístico Cultural. Su uso principal fue el de residencia de diversos reyes navarros quienes aprobaron sucesivas reformas aunque también ha sido el lugar de multitudinarios actos sociales de la nobleza así como de bodas reales.

El Despoblado de Rada es otro de los atractivos culturales de la Ribera navarra. El recinto amurallado fue de gran importancia por su labor defensiva en el Medievo y actualmente conserva prácticamente la totalidad de su construcción así como restos de un castillo del siglo XII, un viejo torreón y la Iglesia de San Nicolás (S.XII). En la actualidad también es de gran interés turístico para los amantes de la arqueología y de la naturaleza ya que está enclavado sobre la llanura olitense, la serranía de Ujué, la vega del río Aragón y el Parque Natural de las Bardenas Reales. 

La Torre mayor del Castillo de Santacara es la única parte de la fortaleza que aún se mantiene en pie. Anualmente congrega numerosos visitantes que desean conocer de primera mano uno de los frentes de la torre mayor del desaparecido castillo del siglo XIII. Con una imponente altura de casi 30 metros, permite al visitante imaginarse cómo eran las dimensiones de la arquitectura medieval. Actualmente la torre conserva una puerta de arco ojival, una buharda, utilizada anteriormente como elemento de defensa) y varias almenas.

Los tesoros de Tudela

Tudela, capital de la Ribera, alberga dos grandes tesoros que provienen de culturas árabes, judías o cristianas. Entres sus calles fue construida la Catedral de Santa María, erigida sobre la antigua mezquita de la villa. Sus tres grandes pórticos dan acceso al visitante para que pueda disfrutar al máximo de esta construcción que, después de una profunda remodelación, permite descubrir el estilo gótico y las magníficas capillas y retablos de la Catedral.

Otro edificio totalmente distinto a la catedral es la Torre Monreal de Tudela. Construido principalmente como edificio defensivo en el siglo XIII, su objetivo primordial era el de vigilar el Reyno de Navarra. Su última reforma ha dado lugar a la construcción de la primera cámara oscura de Navarra y de un centro explicativo sobre la cultura e historia de Tudela.

Corella, un tesoro del barroco

Corella es una ciudad monumental ubicada también en la Ribera, en el sur de Navarra, que cuenta con un importante legado artístico y constituye un escenario del arte barroco en la Comunidad Foral. En un recorrido por las calles de Corella, se puede revivir el esplendor de toda una época.

Casas solariegas y palacios, como el de los Arrese o la casa de las Cadenas, en las que se alojó la Reina María Luisa para curar su tuberculosis, así como conventos e iglesias, como la parroquia de San Miguel, son puntos clave imperdibles para el visitante.
En las cercanías de la Plaza de la Merced, se encuentra el Museo Arresa de Arte Sacro. El museo ocupa los edificios del antiguo Convento de la Encarnación, allí donde se sitúa también la Oficina de Turismo. Ordenó su construcción a mediados del siglo XVII el ilustre corellano Pedro de Baigorri.



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