Obertura - Editorial por Manuel Medina
Miércoles, 21 de septiembre 2011
Tal y como anunciamos, inauguramos esta nueva sección con una serie de artículos en torno al mundo de los Cruceros y ante todo y en primer lugar, todo el equipo de ViajaraTope queremos rendir homenaje a todos y cada uno de los trabajadores de este sector del turismo.
La inmensa mayoría de ellos han dejado muy lejos a sus familias, pero cada noche -me consta- tras duras y largas jornadas en las que sus sonrisas son un continuo obsequio a los pasajeros, al bajar a sus camarotes y tras la puerta de sus taquillas, una foto de sus familias les recuerda el objeto de su esfuerzo.
Son muchos también los que en tierra se afanan para que el buque sea ese lugar soñado para unas vacaciones perfectas. Es el único sector del turismo donde casi se alcanza, totalizando a todos los actores de esta industria, un ratio de un trabajador por cada turista. Nuestro reconocimiento y agradecimiento a todos ellos.
No será necesario un nuevo Galileo -suponemos- para hacer valer la evidencia: es el barco el que se mueve, y las ciudades visitadas (obviamente) permanecen en “su sitio”. Permítase este burlesco modo de abordar el asunto y comenzar esta serie de editoriales, pero la cosa tiene su justificación.
Los primeros buques adaptados a los viajes de placer conservaban (incluso potenciaban) la imagen, la estética, la sensación, en definitiva, la realidad: el viajero estaba en un barco, y todo quedaba impregnado por la travesía marítima. Actualmente, el turista apenas tiene “sensaciones” de encontrarse en un buque (salvo los que las busquen). Los actuales barcos constituyen centros de ocio cuyo entorno hace -casi- olvidar la navegación (gracias a los estabilizadores modernos, también el movimiento del mar) y los puertos de destino van apareciendo, por arte de magia, cada mañana al levantarnos. A tal extremo llega el asunto que el contrapunto empieza a convertirse en alternativa: naves muy marineras (incluso Clippers) aparecen como opción a estas ciudades flotantes.
Con todo ello procede dar una primera definición: Un crucero es, literalmente, un hotel que viaja. Añadamos una invitación: Un crucero es, sin duda, una magnífica oportunidad para hacer una pausa en nuestra vida cotidiana y vivir una experiencia inolvidable.
© 2011, Manuel Medina
Escritor y Viajero