Malta, la experiencia neoCollection en la fortaleza del Mediterráneo
Armin Menéndez Arango I Cctubre 2014 I Malta
El cuarto día de nuestro viaje a bordo del buque Costa neoRiviera ha resultado un día mágico. Después de una ducha rápida y un suculento desayuno iniciamos la experiencia neoCollection en esta bella isla, rica por su patrimonio cultural y con una historia marcada por los caballeros hospitalarios y por todos los pueblos que ejercieron su poder en la zona a lo largo de los años, aspectos determinantes en la consideración de esta isla como Patrimonio de la Unesco.
Desembarcamos en La Valetta, capital de Malta, fundada en 1566 por los caballeros hospitalarios, que le dieron el nombre del gran maestro Jan de la Valette.
Desde el momento mismo del desembarque resulta inevitable sumergirse en los lejanos años 1530, en la época en la que los caballeros hospitalarios se asentaron en la isla y la convirtieron en una inexpugnable fortaleza cristiana contra los ataques musulmanes. Desde el puerto, las enormes murallas que bordean la costa se alzan majestuosas sobre nuestras cabezas mostrando el poder y la voluntad de la orden de los caballeros de Malta de proteger sus dominios y sus habitantes de la amenaza exterior. La magnitud de la arquitectura militar junto a su excelente estado de conservación hacen presagiar que disfrutaremos de una experiencia que nos trasladará a épocas pasadas y nos mostrará in situ la influencia histórica en la zona.
La capital se convirtió en una imponente ciudad-fortaleza construida sobre las rocas de la península de Sciberras tras el gran asedio otomano de 1565. Contemplamos con admiración la enorme muralla costera que envuelve la ciudad así como palacios, catedrales, edificios y arte de la época.
La guía nos lleva a realizar un recorrido por la ciudad y nos muestra las obras maestras de la arquitectura militar de la época. Visitamos la catedral, el interior de la concatedral de San Juan Bautista con dos enormes e imponentes obras originales de Caravaggio que interpretan la decapitación de San Juan Bautista y que sumergen al observador en el ambiente de la época; el Magisterial Palace, sede actual de la presidencia y del parlamento de Malta, con su colosal y elegante sala de los tapices y sus corredores flanqueados por las armaduras de sus guerreros, en general de pequeña talla; el famoso y encantador teatro Manoel, construido en 1732, uno de los más antiguos de Europa de estilo barroco, que conserva las máquinas que usaban en sus interpretaciones para simular el viento, la lluvia y los truenos, sencillos y curiosos artilugios que impresionan a todos con las perfectas imitaciones que consiguen; y la Sagrada Enfermería, hospital de la orden de los caballeros de Malta que hoy es el Mediterranean Conference Centre, de imponente tamaño y que antaño fuera refugio de enfermos de cualquier categoría social donde se les prestaba la mejor asistencia y atención así cómo alimentación. Todas ellas obras maestras de gran valor histórico, artístico y arquitectónico ante las que es inconcebible la indiferencia, dignas de contemplar con tiempo suficiente para apasionarse por las historias que se sucedieron en su seno.
Empapados ya de las grandes azañas de los caballeros hospitalarios de la orden de San Juan Bautista y de los grandes maestros que la rigieron, de los impresionantes palacios donde vivian, de la magnitud de la fortificación y de los diferentes acontecimientos acaecidos a lo largo de los siglos, disfrutamos de un paseo a través de las animadas y pintorescas calles del centro de la ciudad repletas de pequeños comercios que hacen del ambiente diurno una ajetreada y al mismo tiempo agradable experiencia propia de la clase neoCollection. Las calles de La Valetta desembocan todas en el mar resultando una ciudad muy abierta, llena de luz, con una temperatura ideal y muy cuidada y valorada por sus habitantes, tal como se merece.
La Valetta, ciudad museo en perfecto estado de conservación, nos contagia la sensación de grandeza de sus fundadores, los caballeros hospitalarios de la orden de Malta, que crearon un escenario magnánimo y lucharon por protegerlo de las incursiones exteriores al tiempo que cuidaban de sus enfermos sin importar la clase social a la que pertenecían, hasta la dominación por parte de los ingleses, período en el que la orden de los caballeros hospitalarios perdió su poder.
La ocupación inglesa se respira en las calles de la ciudad con detalles como las típicas cabinas telefónicas londinenses, la conducción de vehículos por la izquierda en la calzada y, por tanto, los volantes a la derecha en los automóviles,...
Para continuar disfrutando de nuestra experiencia neoCollection nos recoge un autocar que nos traslada hasta la ciudad de Birgu, también conocida como la Ciudad Victoriosa, nombre que se le dio por la valentía que mostraron sus habitantes tras la victoria en el gran asedio de 1565, donde nos fascina la belleza de los Auberges (hoteles donde vivían los caballeros), los palacios de estilo oriental, las iglesias,.... Allí, un típico restaurante de la zona construido en el interior de uno de los palacios de la ciudad, nos deleita con platos de la gastronomía maltesa en el interior de un bello patio presidido por una fuente. El chef local nos explica en qué va a consistir el menú que vamos a degustar y añade la selección de los elementos de origen maltés que ha elegido para la ocasión así como los vinos de la región que acompañarán sus platos. Todo un placer para nuestro paladar en el ambiente más representativo de la zona.
Continuamos nuestra experiencia con la última actividad del día en tierra. Nos dirigimos, mediante un agradable paseo, hasta un pequeño muelle de embarque donde nos distribuimos en varias dghajsas, típicas embarcaciones maltesas, en grupos de 4 personas. Los barqueros de estas barcas tipo canoa nos llevan a hacer un recorrido por la bahía desde donde apreciamos, aún más, la magnitud de una fortificación que parece surgir del océano, una isla defendida y protegida por sus caballeros malteses, una isla cuyo símbolo mundialmente conocido, la cruz maltesa, mantiene presente en el visitante en todo momento la lucha que sus fundadores debieron enfrentar para protegerla.
Sin nada más pero sin nada menos volvemos de regreso a nuestra fortaleza particular en este viaje, el buque que nos cuida, nos protege y nos muestra lo mejor de allá donde nos lleva, el Costa neoRiviera, de la mano de nuestra guía local que ha conseguido instruirnos, impresionarnos y hacernos enamorar de una isla enormemente valiosa y más que bella.
Una experiencia neoCollection que deja huella...
