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Cinco hoteles impresionantes en la Costa de Amalfi
Martes, 26 de mayo 2015






























Hay pocas rutas escénicas tan emocionantes como la Costa de Amalfi. Las estrechas carreteras  y los precipicios de vértigo convierten a esta parte del mundo en una de las costa más hermosas y con mas glamour del mundo.

En este artículo presentamos una selección de 5 hoteles en la Costa de Amalfi que quitan el aliento - no sólo por las vistas que ofrecen, sino porque todos tienen ese algo más: a menudo forman parte de propiedades familiares que llevan dirigiendo estos establecimientos desde hace generaciones, todos ellos tienen una historia que explicar, así como elegantes habitaciones y un servicio al cliente superlativo.

1. Le Sirenuse



Un palacio del siglo 18 perteneciente a la familia Sersale, Le Sirenuse se convirtió en hotel en 1951 y se ha forjado una reputación del lujo más refinado y tradicional desde entonces. Las suites en la parte superior ofrecen las mejores vistas, pero la mayoría de las habitaciones tienen vistas deslumbrantes de la bahía de Positano (evite los balcones que no lo tienen). Son elegantes y espaciosas, decoradas con azulejos de Vietri, mobiliario antiguo, techos abovedados y  puertas francesas que llevan directamente hacia unos balcones majestuosos. Un ascensor lleva a los visitantes a la piscina, equipada con tumbonas, una terraza para el almuerzo con vistas al mar, y el restaurante con estrellas Michelin. Otra terraza cuenta con un bar de champán y ostras. El hotel también ofrece un spa Aveda y paseos en barco gratuitos.

2. Belmond Hotel Caruso


Un palacio fue construido por primera vez aquí durante el siglo 11, y el presente histórico que data del 1600, conserva los detalles arquitectónicos originales, como los techos abovedados y las antiguas murallas. Del Belmond Hotel Caruso se dice que es uno de los hoteles más caros en la costa de Amalfi, y no es difícil saber por qué: el servicio es impecable, y las elegantes habitaciones cuentan con mobiliario clásico italiano, baldosas de mayólica pintadas a mano, baños de mármol y terrazas privadas que ofrecen unas majestuosas vistas a la ciudad de Ravello y a los exuberantes jardines del hotel, o al mar. Las suites cuentan con terrazas panorámicas, jardines privados y comedores privados. La verdadera joya de la corona del hotel, sin embargo, es la piscina de borde infinito: ubicada en el punto más alto de Ravello donde la orilla del mar se funde casi perfectamente con el horizonte.

3. Villa Brunella



Propiedad y dirigido por la familia Ruggiero, la Villa Brunella en Capri se basa en una serie de terrazas emplazadas en cascada por una ladera empinada y termina con una piscina y una terraza rodeada de jardines llenos de flores. Tendrá que subir muchas escaleras, pero las vistas hacen que valga la pena el esfuerzo. Las habitaciones están decoradas en el estilo tradicional de Amalfi, con bonitas colchas, un montón de plantas, baños de mármol y balcones o patios privados; las suites junior, en el nivel superior del hotel, ofrecen las mejores vistas. Hay un restaurante con vistas a los tres puntos cardinales, y la comida aquí es casi tan perfecta como las puestas de sol.

4. Monastero Santa Rosa


Un monasterio del siglo 17 el cual ha sido cuidadosamente restaurado para crear  un refugio exclusivo con sólo 20 habitaciones en el pueblo pesquero de Conca dei Marini. Cuatro niveles de jardines en terrazas con tumbonas ofrecer rincones apartados donde poder relajarse, y la piscina de borde infinito en el nivel inferior ofrece unas espectaculares vistas panorámicas. Las habitaciones todavía están decoradas con antigüedades italianas y todas ofrecen vistas al mar. La suite Rosa tiene una escalera de caracol que conduce a una zona de loft para dormir y un gran balcón. Los huéspedes pueden cenar en un clásico comedor o en una terraza; un menú a la carta está disponible, pero se pueden pedir diferentes opciones gastronómicas personalizadas . Una biblioteca, un bar y servicio completo de spa completan las comodidades.

5. Palazzo Avino (en la foto)



Originalmente construido durante el siglo 12 en el barrio aristocrático de Ravello, esta villa medieval construida en estilo barroco fue re inaugurada como el  Palazzo Avino en 1997 y ha estado ganando premios desde entonces. Las elegantes habitaciones están decoradas con antigüedades  y la mayoría ofrecen vistas al mar. La oferta de restauración es muy variada: hay un restaurante formal para la cena, una terraza restaurante informal donde se ofrecen comidas ligeras, un piano bar con cómodos sillones y un bar de martinis. Este hotel realmente es un mirador a la Costa de Amalfi: incluso el gimnasio y solárium ofrecen unas vistas impresionantes, y la piscina tiene una ventana bajo el agua que ofrece una vista muy exclusiva del océano. También hay hermosos jardines llenos de flores para relajarse.


Fuente. www.goodhotelguide.com/hotels-in-italy

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