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Editorial - Orígenes e historia de la navegación por placer
El mundo del Crucero (III)  Manuel Medina
























Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca, pide que tu camino sea largo, y rico en aventuras y experiencias
La Odisea, Homero, siglo VIII a. C.

Manuel Medina
Abril de 2012

Orígenes e historia de la navegación por placer

La historia de estos fascinantes viajes se remonta al año 1839, cuando el Gobierno británico lanzó un concurso de adjudicación para el transporte de correos entre Inglaterra y Estados Unidos. La licitación fue ganada por un inglés oriundo de Nueva Escocia, llamado Samuel Cunard, conocido en la sociedad de entonces como el “Príncipe de los Océanos”. Fue así como un año después, en 1840, el Britannia, el primer velero de correos, zarpó de Liverpool, Inglaterra, con destino hacia Boston, Estados Unidos.

Pero Sir Cunard, quien también era conocido por sus virtudes como comerciante, pronto comenzó a vislumbrar la posibilidad de hacer negocios con estos transportes de correo. La idea consistía en hacer de su ocupación habitual, una actividad más atractiva y lucrativa. Lo que se inició como un negocio de venta de pasajes para viajar a bordo del barco de correos, pronto fue adquiriendo auge entre el público inglés. Entre 1891 y 1911, más de 1,8 millones de personas viajaron en barco desde Inglaterra a Canadá.

Con el pasar de los años, los barcos fueron modernizándose. Evolucionaron de la tecnología de carbón a turbinas de vapor; de iluminación de candelas a luz eléctrica (1881) y así sucesivamente.

Con la creciente migración de europeos hacia el entonces llamado “país de las mil oportunidades”, las compañías navieras  se dieron cuenta de que era hora de cambiar de transporte de correos a transporte de pasajeros.

Por aquella época, aunque los hundimientos de barcos no eran ninguna novedad, sin embargo, no hubo accidente marítimo que llamase tanto la atención como la catástrofe del majestuoso Titanic  -anunciado como el barco más grande y más veloz de todos los tiempos con 46 mil toneladas- en 1912. Curiosamente, fue el barco Carpathia, de la línea Cunard, el que salvó a los 705 sobrevivientes de esa tragedia.

Por otro lado, sir Samuel Cunard continuó haciendo historia con la construcción de los cruceros gigantes Queen Mary y el Queen Elizabeth. Ambos barcos fueron adaptados a las necesidades surgidas a raíz de la Segunda Guerra Mundial y transportaron hasta 16 mil personas, viajando a velocidades que ningún barco de guerra convencional o submarino podía igualar.

Durante la misma época, otra leyenda de la marina, el Normandie, de Francia, que rivalizaba con el Queen Mary, de Cunard, fue víctima de un incendio en el puerto de Nueva York mientras estaba siendo adaptado para el transporte de tropas.

Poco después de la guerra, en 1947, la línea Cunard lanzó el primer barco construido como “crucero de placer” en lugar de servir como transportador entre un país y otro. El famoso barco Caronia –llamado La Diosa Verde– dio inicio a una nueva era en la industria marítima y del turismo. Un nuevo negocio había nacido, y las líneas de barco comenzaban a competir entre ellas mismas por lujo, confort y diseño.

En 1968 inició su primer viaje el Queen Elizabeth II, sucesor del original Queen Elizabeth, que se incendió en el puerto de Hong Kong luego de ser destinado a una universidad flotante.

Mientras que el Queen Mary fue convertido en hotel -hoy en día puede ser visitado en el puerto de Los Ángeles- el Queen Elizabeth II estuvo  viajando por los siete mares hasta 2008. Después de su retiro, ahora es propiedad de Nakheel (una división de Dubai World). Se trata, sin duda, del último de los grandes transatlánticos, hasta que la construcción del Queen Mary 2 fue anunciada. Fue construido por John Brown and Company, en Clydebank, Escocia. El Queen Elizabeth II no tenía barco gemelo. Antes de la instalación de una planta diesel eléctrica en 1986, fue el último barco de pasajeros de motores de vapor en cruzar el Atlántico en un servicio regular. Durante casi cuarenta años de servicio, el QEII (como también se le denomina)  realizó viajes transatlánticos y recientemente cruceros saliendo de Southampton, Inglaterra.

El Queen Elizabeth II fue retirado del servicio activo de Cunard el 27 de noviembre de 2008, estaba planeado comenzar su conversión a un hotel flotante para que se hubiera finalmente anclado en el Palm Jumeirah, en Dubai, sin embargo, actualmente permanece anclado en Port Rashid, a la espera de un futuro incierto. Con él se cierra toda una época.



Manuel Medina
Escritor y Viajero


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