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Editorial - Dubrovnik , La Perla del Adriático
Martes, 10 de julio 2012 por Rafa Galeano

























Inmersa en una tierra soleada se encuentra rodeada por el cálido mar Adriático del sur de Croacia. Posee aguas cristalinas, una de las más limpias de toda Europa del este, y es perfecta para los amantes de las playas y de los monumentos históricos. Es por ello que además de poseer el sobrenombre de La Perla del Adriático también se la conoce como La Atenas Eslava. Tal mérito fue reconocido en 1979 cuando su casco histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Declaración que fue extendida en 1994.

Con este artículo les mostraré el arte realizado por el ser humano en Dubrovnik y los paisajes de la ciudad y de sus alrededores. La simbiosis les mostrará un turismo de playas, valles e islotes y un turismo-artístico medieval, moderno y contemporáneo. Mezclaremos todo con una salsa suave. Caminaremos por sus calles, por su historia y por su cultura, porque, aunque haya cierta coherencia, será usted el que realice el itinerario que más le convenga…

La ciudad dio cobijo a bizantinos, venecianos, húngaros y turcos. Dubrovnik ha sufrido duros bombardeos,  el más recordado el del 6 de diciembre de 1991 en guerra de los en la Balcanes, cuando cayeron más de 2000 bombas. Pero se ha querido pasar página, como es natural, y la ciudad se muestra fuerte e independiente a esa época oscura de su más reciente historia. Igual de resistentes son sus murallas, de unos 2 km de longitud, que hay que visitar si se quiere obtener unas increíbles vistas de la ciudad.  De entre sus monumentos más relevantes destacan El Palacio de los Rectores y el Palacio Sponza, ubicados en la Plaza Luza, claros ejemplos de arquitectura civil con influencias toscanas y venecianas de estilos gótico-renacentista. No hay que olvidar La Gran Fuente de Onofrio, de forma circular, datada del siglo XV y que abastece de agua tanto a sus ciudadanos como a sus turistas. Tampoco de debe pasar por alto el Claustro del Monasterio de los Franciscanos, una de las joyas de la ciudad de visita obligada.

En lo que se refiere a sus playas, recomiendo La Playa Gradska, de una arena no muy fina pues su entorno es rocoso.  Como he comentado al principio, en Dubrovski y sus alrededores se alternan tanto la oferta cultural como la oferta de paisajes. Para ello se debe conocer sus alrededores.

A 60 km encontramos la ciudad de Ston, conocida por sus salinas, sus rutas de senderismo, sus mercadillos diarios (prueben su fruta y verdura) y sus ostras y mejillones.

Algo más cerca que Ston tenemos Vid, una ciudad entre Mostar (Bosnia) y Dubrovnik. En ella veremos el pasado romano. Se recomienda probar sus mandarinas.

En un valle ubicado al sur de la ciudad podemos ver la esencia de Dalmacia (conocida así en la Antigüedad). El lugar se llama Konavle y su ciudad, Cilipi, es un exponente del folklore de la zona.

Mucho más cerca de Dubrovnik, a 15 minutos, veremos La Isla de Lokrum, donde encontraremos las ruinas de una abadía benedictina. Otras islas que podemos visitar son las de Sipan o Elaifiti, y es que a Croacia se la conoce como el país de las mil islas (eso sí, sólo unas 60 están habitadas).

Anteriormente he comentado algo de la gastronomía pero no he mencionado su más selecto manjar, la bouzara, un delicioso guiso de cigalas. El resto de su cocina es una mezcla de platos griegos, italianos, es una mezcla de la cocina mediterránea aderezada con los condimentos del buen hacer eslavo.

Dubrovnik es una obra de arte esculpida en piedra pero sigue siendo, a pesar de su publicidad, una de las más desconocidas del viejo continente.



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