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El Carnival Breeze en guerra contra los egoistas de los cruceros
Sábado, 04 de agosto 2012






















En Carnival se están poniendo serios con los pasajeros desconsiderados que a primera hora de la mañana dejan objetos personales en las hamacas, para poder usarlas al medio día, puesto que esto supone un lógico enfado por parte de los pasajeros que ven como durante todo el día las hamacas registran plena ocupación aunque sin ocupantes.

El Carnival Breeze inaugura un nuevo sistema contra los pasajeros egoístas y desconsiderados, que a buen seguro pronto va a ser imitado por las demás navieras.

En muchos cruceros de masas no es raro ver a los madrugadores colocar objetos personales en  filas enteras de hamacas cerca de las piscinas y otros lugares de la cubierta a pesar de que no van a utilizar las sillas durante horas. Como resultado, el resto de pasajeros muy a menudo no encuentran un asiento libre.


Ayer, John Heald, Director de Cruceros de  Carnival, anunció en su página de Facebook que la línea de cruceros va a empezar una nueva política que es similar a la usada con las plazas de aparcamiento mediante una estricta regulación. El personal colocará etiquetas en las hamacas que se guardan, identificadas con la hora actual. Si las sillas todavía no se han ocupado después de 40 minutos, los empleados recogerán las toallas para posteriormente depositarlas en  la estación de toallas dejando una nota en las sillas explicando lo que ha sucedido.

Carnival  está tratando de tomar medidas enérgicas contra los cruceristas que guardan las hamacas todo el día mientras no las usan y otros pasajeros que quieren tomar un baño se quedan vagando alrededor de la piscina en busca de alguna hamaca libre.

En este momento esta nueva política se está probando en el Carnival Breeze, pero Heald dijo que el cambio en la normativa será desplegado en  toda la flota una vez que estos ensayos preliminares se hayan realizado y ajustado.

"Ha sido un tema discutido una y otra vez, y ha sido así porque sigue siendo una preocupación", señala. "Pusimos 40 minutos, porque nos pareció que esta era una buena cantidad de tiempo para que los huéspedes pudiesen levantarse a comer algo, beber, orinar o  nadar."






El Carnival Breeze en guerra contra los egoistas de los cruceros