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10 Villas llenas de arte y cultura para alojarse en España
Miércoles, 12 de septiembre 2012


























Las llamadas ‘villas’ combinan historia, patrimonio artístico y una magia que las convierten en lugares especiales para descansar y conocer más. Rumbo, la agencia de viajes onlilne líder en ventas según IATA, con más de tres millones de viajeros anuales, ha seleccionado 10 villas llenas de arte, cultura y embrujo para perderse en otoño desde 39 euros por habitación doble y noche.



Besalú, en Girona, es un buen ejemplo del estilo medieval catalán. Situada en la comarca de la Garrotxa, esta villa está a un paso del espectacular Parque Natural de la zona volcánica de la Garrotxa y junto a las estribaciones del Pirineo. Las calles y fachadas de piedra caracterizan este lugar. Su rico patrimonio medieval, formado por edificios civiles y religiosos donde los visitantes pueden encontrar rastros de barrio sefardí que existía aquí en la Edad Media, atrae todos los años a cientos de curiosos. Algunos ejemplos son el puente romano del siglo XII sobre el río Fluvià, el edificio de Curia Real para la administración de la justicia y la residencia de Cornellà, que se distingue por sus arcos de medio punto. Entre los monumentos eclesiásticos, las iglesias de Sant Pere, Santa María y Sant Vicenç reúnen estilos gótico y románico. Para alojarse, Rumbo propone el Hotel Fonda Siques, a partir de 39 euros por habitación doble y noche.

Ronda, en Málaga, es una de las grandes referencias históricas del sur de Andalucía y una de las villas más antiguas de España. Está separada por un acantilado conocido como "Peñasco de Ronda", con el Río Guadalevín al fondo. A un lado se encuentra el casco antiguo, rodeado por una muralla de la época de la colonización musulmana y, al otro, la ciudad moderna. Su excelente gastronomía, monumentos y museos han convertido Ronda en una de las ciudades de mayor potencial para el turismo. Aquí se puede disfrutar de diversas atracciones y recorrer monumentos destacados como el Puente Nuevo (situado en la "Garganta del Tajo"), el Puente Viejo, su histórica plaza de toros (una de las más grandes y antiguas del mundo y sede de las famosas corridas goyescas de toreo al estilo más puro), deportes al aire libre, visitas a monumentos, naturaleza, salud, fiestas,…  Para visitar Ronda, Rumbo sugiere alojarse en el Hotel Polo, ubicado en el corazón de la villa, desde 52 euros/habitación.

Morella, al norte de la provincia de Castellón, es una de las principales capitales del Maestrazgo. Rodeada del encanto que transmite su muralla centenaria y coronada por su robusto castillo, a más de mil metros de altitud, el relieve montañoso de la comarca siembra el camino a Morella de bosques de coníferas y robles, barrancos y ramblas. Morella cuenta con un importante patrimonio religioso (iglesia de Santa María, Ermita de Santa Llucía), civil (casillo, acueducto, murallas medievales, ayuntamiento y casas solariegas), las cuevas rupestres de Morella la Vella (declaradas Patrimonio de la Humanidad) y participa también en la ruta ‘Camino del Cid’. Su clima mediterráneo de alta montaña (con veranos frescos e inviernos muy fríos) y su proximidad a la costa convierte Morella en destino idóneo para una escapada en otoño, combinando playa y montaña. Para alojarse, Rumbo recomienda la Fonda Moreno -50 euros por habitación doble, con desayuno incluido-, con sus habitaciones atractivas y luminosas en el centro de la ciudad amurallada (a 250 metros del Castillo y a 10 minutos del Acueducto) y su elegante restaurante de cocina española. A poco más de una hora en coche están las playas de Peñíscola.

Baeza (Jaén), conocida tradicionalmente por su producción de aceitunas y aceite de gran calidad, también es famosa por el importante legado monumental que ha llevado a la Unesco a concederle –junto a Úbeda– el título de ciudad Patrimonio de la Humanidad. Llamada por el romancero del siglo XV "Nido Real de Gavilanes", Baeza fue un punto clave en la conquista de Al-Andalus por los reyes cristianos, que desde su Alcázar dirigieron la reconquista hasta la caída del reino nazarí de Granada en 1492. Su desarrollo demográfico y económico se aprecia en la monumentalidad y encanto de sus edificios a los ojos del visitante. La catedral, las murallas, las cancillerías, el Palacio de Jabalquinto, las casonas de la nobleza, sus plazas y paseos convierten Baeza en un lugar de gran atractivo. Enmarcado en una casa del siglo XIX, el Hotel Fuentenueva es un lugar tranquilo (once habitaciones y dos junior suites), inspirado en una nueva forma de entender el turismo como punto de encuentro, con su biblioteca, cafetería, jardín japonés, sala de exposiciones, Internet en todos sus espacios e hidromasaje en cada una de sus habitaciones. Desde 42 euros por habitación doble y noche en Rumbo.es.

Nazaré, en Portugal, es una villa pesquera con una playa espectacular quela convierte en destino turístico tradicional. Para quienes disfrutan del marisco, Nazaré es un paraíso gastronómico. El "Sitio", conocido por la leyenda del alcalde Roupinho D.Fuas, es un lugar visitado por numerosos peregrinos. Aquí está la famosa iglesia de Nuestra Señora de Nazareth y, cerca, la Plaza de Romaria. El sitio más famoso de Nazaret es, sin duda, el Mirador de Suberco, que muestra las vistas más hermosas de los pueblos portugueses. En el otro extremo está el Fuerte de San Miguel Arcángel, del siglo XVII, con un faro en el extremo. Aquí siempre se puede pasear frente al mar, a lo largo malecón por la noche y encontrar buenos bares, clubes nocturnos y entretenimiento. Para visitar Nazaret, Rumbo recomienda partir del Hotel Mar Bravo, situado en el centro de la villa y en primera línea de playa, con estancias desde 55 euros.

Toro (Zamora), bañada por el Duero, se sitúa en un cerro y está cuajada de historia. Antes de que los romanos se estableciesen allí, ya era conocida con los nombres de Albocela y Arbucala. Repoblada con urgencia en e[l año 899 por el riesgo de perder de nuevo las tierras para el dominio cristiano, durante la Edad Media fue una de las ciudades más prósperas del Reino de León gracias a su producción de vinos. En la lucha por los Reinos de Castilla fue partidaria de Isabel la Católica y pervivió durante cuatro siglos entre las diecisiete villas y ciudades con voto en Cortes, ocupando el lugar duodécimo, después de Zamora y por delante de Madrid. Allí se libró la Batalla de Toro entre los Reyes Católicos y los partidarios de Juana la Beltraneja, dio acogida al Conde-Duque de Olivares una vez desterrado por Felipe IV en 1642 y fue capital de provincia hasta el siglo XIX. La historia se ha ocupado de llenar Toro de rincones y edificios singulares, como el toro de piedra (anterior a la era cristiana) que da nombre a la ciudad, la Colegiata de Santa María la Mayor, palacetes, murallas e iglesias. Su Fiesta de la Vendimia, el 12 de octubre, es de Interés Turístico Regional y está protagonizada por un desfile de carros a la antigua usanza, único en España. Alojamiento en el Hotel Juan II, junto a la Colegiata, en el centro de la ciudad, desde 56 euros/habitación.

Hondarribia (en castellano Fuenterrabía, en Guipúzcoa) es en euskera ‘vado de arena’ y podría deber su nombre al espacio donde se asentó la población. Los naturales de Fuenterrabía suelen recibir el apodo cariñoso de ‘vikingos’ por la densidad de personas rubias en la villa, hecho que se achaca a antiguas incursiones vikingas. Situada en la desembocadura del río Bidasoa y rodeada de montes, el Cabo Higuer (considerado parte de los Pirineos) protege su gran playa arenosa de los embates del Cantábrico. Su casco histórico está plagado de edificios artísticos. Dólmenes y rastros humanos del periodo del Bronce pueblan el monte Jaizquíbel, protagonista de una villa fundada en 1203 por el rey castellano Alfonso VIII y cuya jurisdicción original se extendía hasta la Bahía de Pasajes, incluyendo Irún, Lezo, el valle de Oyarzun, Rentería y Pasajes de San Juan, que se fueron separando con el paso de los años. Desde entonces, Fuenterrabía tuvo un gran valor estratégico tanto para el Reino de Navarra como para Castilla, pues permitía conectar por tierra con Francia, donde los monarcas castellanos contaban con feudos e importantes intereses, y brindaba a Castilla un nuevo puerto marítimo. Por su lugar privilegiado, sufrió numerosos asedios a lo largo de la historia, lo que explica la existencia de su impresionante recinto amurallado. Además de la muralla, conviene visitar el Castillo de Carlos V (medieval), el Castillo de San Telmo, el Palacio de Zuloaga y el Barrio de La Marina, antiguo barrio de pescadores. Alojamiento en el Hotel Palacete (69 euros), situado en una bonita plaza del centro histórico y a sólo 20 kms. de la señorial San Sebastián.

Visitar Óbidos, en el Alentejo portugués, es como hacer un viaje al medievo. Tras los muros del castillo, la villa romana es un lugar único que combina historia y naturaleza. Todo aquí despierta sensaciones, desde la ubicación a la arquitectura y la oferta cultural, con numerosos eventos a lo largo de todo el año. Para descubrir sus calles y monumentos, lo mejor es caminar al azar, ya que cada rincón ofrece algo agradable. Para quienes disfrutan de estar cerca de la naturaleza, Óbidos también tiene mucho que ofrecer: desde la laguna de Óbidos a varios campos de golf e incluso playas donde pasar los últimos días de sol. Alojamiento en el Hotel Albergaria Josefa, a 1 kilómetro del centro de Óbidos y a 12 kms. de la playa, a partir de 65 euros/noche.

Cudillero, Asturias. Importante puerto pesquero tradicional, Cudillero es un foco turístico destacado durante el verano. Las primeras referencias históricas datan de la Edad Media y sitúan Cudillero en el límite de dos poderosas entidades eclesiásticas: Oviedo y Pravia. Su desarrollo aparece durante siglos vinculado a la poderosísima familia Omaña, dueña de tierras y derechos. En el siglo XV, Cudillero se consolida como puerto pesquero y solicita la concesión del alfolí de la sal que la tenía monopolizada la capital praviana, aunque ésta no llega nunca. De hecho, la autonomía municipal no llega hasta bien entrado el siglo XIX. Rumbo recomienda alojarse en La Casona de Pío (desde 58€/habitación), situada en una típica callecita en pleno anfiteatro de Cudillero. Es un edificio de noble arquitectura muy cercano al antiguo puerto de pescadores (zona de ocio, comercio y sabor marinero), con una decoración selecta y sólo 11 habitaciones. Entre los lugares más emblemáticos de Cudillero están la Quinta de Selgas, lujoso palacio del siglo XIX con amplios jardines y cuadros de Goya, la Capilla del Humilladero (gótica) y diversos monumentos histórico-artísticos como la iglesia de Santa María y la Casa Rectoral.

Monsaraz es la villa medieval más antigua de concejo portugués de Reguengos. Además de su destacada calidad histórica y arquitectónica, Monsaraz está rodeada de un paisaje maravilloso y la parte superior de su castillo se puede ver en todo su esplendor. El pueblo, donde dominan las construcciones de cal y pizarra, invita a una visita sin prisas. Aquí el tiempo parece haberse detenido. Entre las tiendas de artesanía local se puede ver un rico patrimonio arquitectónico en el que destacan la Iglesia Matriz de Nossa Señora de da Lagoa (de los siglos XVI y XVII), el Auditorio del Ayuntamiento Antiguo, la Ermita de São Bento, la Torre de São Gens do Xarez y la Ermita de Santa Catarina de Monsaraz (en los alrededores). Y para alojarse, Rumbo propone el hotel Vila Planicie, cerca del castillo de Monsaraz y con vistas a la campiña, a partir de 70 euros.




10 Villas llenas de arte y cultura para alojarse en España