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Un rincón de Nápoles en la Costa del Sol: La Piccolina
Miércoles, 19 de diciembre 2012 Manuel Medina
























Un veterano de la gastronomía italiana


Diciembre de 2012 - Manuel Medina | Málaga

Corría el año -ya lejano- de 1990 cuando José Luis Ugarte, gerente y propietario del restaurante-pizzería La Piccolina, sentaba las bases de un establecimiento que se ha convertido, con el paso del tiempo, en uno de los mayores referentes de la cocina italiana -y por tanto mediterránea-, de la capital de la Costa del Sol.

Son muchos los que pueden pensar que la gastronomía de Italia, por su amplia difusión en prácticamente todo el mundo y por las recurrentes bases de pastas que se utilizan, es harto conocida y poco puede sorprender. Nada más lejos de ser cierto. Suelo recomendar a los amantes de los fogones -y de la lectura, que ambas cosas, aunque no lo parezca, están íntimamente unidas- un libro que fue publicado en 1950, fruto de la recopilación que un grupo de gastrónomos realizó de recetas tradicionales por toda la geografía italiana, de forma que la variada gastronomía del país estuviese reflejada y al alcance del gran público. Lo que empezó con una recopilación de recetas del norte y centro del país es ahora un tratado en el que se ven reflejadas las 16 regiones italianas. Todo este esfuerzo dio lugar a que “La cuchara de Plata” (o Il Cucchiaio d’Argento como se conoce en Italia), sea el libro de referencia de este país y se considere tanto a nivel nacional e internacional como “la biblia de la cocina italiana”. Convencido estamos que en algún “secreto” rincón de la cocina de La Piccolina se guarda un ejemplar de este tradicional recetario.

La Piccolina es un restaurante que va más allá de las pastas y la pizza. Utilizando ingredientes de primera calidad, una muy cuidada elaboración, presentación esmerada y un atento servicio en sala, ha logrado, gracias a todo ello, ser uno de los más recomendables establecimientos de este segmento. Además -y ello es de agradecer en los tiempos que corren- a unos precios no sólo accesible sino completamente populares. Los que nos dedicamos a estos menesteres bien sabemos que comer bien no tendría -ni debería- de ser equivalente a comer caro.

La carta se fundamenta en los componentes Mediterráneos de su cocina, a base de recetas muy equilibradas, con una gran presencia del aceite de oliva, las verduras, el pescado y las carnes. Se trata de platos que han pasado de generación en generación basados en su calidad y sencillez, como es el caso de la ensalada de mozzarella di buffala. Por supuesto, en toda esta trayectoria se sigue con gran atención a la pasta y a la pizza, elementos que son los más conocidos, pero que también son los que cuentan con una mayor atención que los diferencia de otros restaurantes. Magnífica elaboración presentan platos como el rigatoni fume o los scaloppine a la Marsala, con vino dulce de seguro procedente de la famosa uva moscatel de Alejandría, cultivada en Málaga a pesar de su exótica denominación.

Mención aparte merecen los postres, junto al tradicional tiramisú, las tartas de chocolate, la de nueces o la de plátanos, junto a otras, son personalmente elaboradas por José Luis Ugarte, que nos confesaba que la repostería es una de sus pasiones. Tal es la fama que le precede que recibe continuos encargos de los clientes que han probado sus dulces elaboraciones para todo tipo de eventos externos. Justo es mencionar que el propio restaurante acoge desde hace mucho tiempo -y se ha convertido es casi en malacitana tradición- en sus amplias y muy acogedoras  instalaciones, desde todo tipo de reuniones sociales, a íntimas reuniones familiares. El personal de sala suele indagar en ellas si se da el caso de que algún comensal celebre su cumpleaños, para de ser así, ofrecer alguna sorpresa durante el desarrollo del ágape que nos reservamos desvelar.

Algunos empresarios -José Luís es uno de ellos- entienden que los beneficios de una actividad económica -cuando los hay- pueden y deben ser destinados, en parte, a labores de mecenazgo. Y es en el campo del deporte en el que José Luis Ugarte se ha volcado desde hace años. Unicaja Baloncesto ACB y su cantera, equipos de gimnasia rítmica, de waterpolo, de balonmano, pruebas ciclistas profesionales además de múltiples modalidades de deporte de base son los destinatarios del apoyo de éste altruista restaurador. Los muros de La Piccolina dan fe de ello, pues se entremezclan en sus paredes los ornamentos italianos con fotografías, carteles, menciones y todo tipo de muestras de reconocimiento a esta elogiable labor.

No hace mucho respondía un correo de un grupo de cruceristas que, tras leer uno de mis artículos sobre la escala de cruceros en Civitavecchia, y con la intención de realizar la visita de Roma por su cuenta, me solicitaban les recomendase algún restaurante de la Ciudad Eterna. Sabido es que esta escala requiere una extrema planificación pues es mucho lo que visitar en el espacio de unas horas y mi consejo era inexorable: un bocadillo, o a lo sumo un trozo de pizza en un puesto callejero, fue mi recomendación. Málaga era el puerto de desembarque de estos viajeros y fue La Piccolina el cierre de su travesía. 

La Piccolina
Luis Barahona de Soto, 13
Tfno.: 952238344

 

© 2012, Manuel Medina
Escritor y Viajero



Un rincón de Nápoles en la Costa del Sol: La Piccolina